EN PRIMAVERA NO HAY PRISA
Prueba esta cereza dulce y fresca.
Ven. Pasa por su tersa piel,
ya entreabierta, la flor de tu lengua,
y muérdela despacio entre las ramas.
En primavera no hay prisa.
¿Sientes cómo se desata?
¿Cómo late?
¿Cómo se deshace?
Tuyos son los besos
que se derraman.
Autora: Mª Ángeles Castillo Romero
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